SOKO DAIDO YOZA, Jefe de Daidoji "Templo del Gran Camino", médico psiquiatra, ordenado Monje en Japón por su Maestro Shuyu Narita en 1989.
LO QUE OFRECE EL REFUGIO DEL ZEN.
BUDAS GRANDES, MEDIANOS Y PEQUEÑOS
Por
de pronto el Budismo Zen que practicamos ofrece un refugio en Buda el maestro, en
el Dharma, su Enseñanza de los seres y las cosas tal y como son y en la
hermandad de la Shanga que afirma, estar comprobando, esta Shanga, que la
Práctica realiza modestamente o notablemente:
La
tranquilización de la mente y el cuerpo.
La
simplicidad de la existencia.
La
sensación de autenticidad, verdad y completud de la consciencia, incluidas las
sensaciones y los sentidos.
El
equilibrio en las relaciones con uno mismo, los demás seres y el cosmos.
La
autoobservación, autocuración y autocomprensión.
La
alegría de vivir en lo agradable y lo desagradable.
La
calidad y la cantidad en el uso de lo que está a nuestro alcance. Con una
proporción decreciente de la dependencia del pensamiento, el instinto, los
prejuicios, los instrumentos, los demás...
La
visión coherente del funcionamiento del mundo.
La
amistad desinteresada y la comprobación de que todos los egos son iguales
disminuyendo las diferencias añadidas o no naturales de clase, sexo, raza...
La
distinción de lo falso artificioso y neurótico.
Un
estilo de vida y un bienestar no dependiente de condiciones cambiantes mundanas
y egocéntricas.
En
resumen:
Una
vida apacible
Un
ego lúcido
Un
lugar en el Cosmos.
Se
podría seguir describiendo un interminable rosario de bondades según el campo
que observásemos que no serían más que instantáneas de una sola consciencia a
la que llamaríamos el bien que incluirá la evitación del error egoísta, el mal.
Cuando la experiencia de lo aprendido, percibido, practicado, llega a cierto
punto se convierte, además de realización y lucidez, en Guía no sólo en lo
conocido sino también en lo desconocido.
Esta
libertad o liberación o madurez es el Retorno de los seres Humanos como Budas
grandes o pequeños, su actualización momento a momento.
El
maestro dijo: “Sé tu propia lámpara”.
Soko Daidó Yoza.
El abanico, símbolo de Daidoji, de varias palas plegables, simboliza la variedad y la unidad.
También recuerda al practicante el comentario del antiguo Maestro:
«El aire está por todas partes pero si no te molestas en agitarle, no te refrescarás».
Y como el Aire de los Patriarcas (SOKO)
el que se sienta en el lugar de Honor (YOZA),
Sutra de Daidoji que estimula la Intuición:
SUTRA DE DAIDOJI
Con
la ayuda de la naturaleza búdica que habita en nuestra profundidad.
Con
la ayuda de la gran fuerza de la voluntad de ser.
Con
la ayuda de nuestros sufrimientos.
Con
la ayuda de la necesidad del cambio, del despertar a lo real.
Con
la ayuda del agradecimiento por la sabiduría del camino recorrido por
Bodhisattvas, Budas y Patriarcas.
Escuchando
con el oído, meditando con el corazón, practicando con el cuerpo.
Observemos
con recta atención los humildes símbolos transmitidos por ellos y nuestro
Rosshi Shuyu Narita, que encierran los secretos incondicionados de la Vía del
Corazón y que con su orden, continuidad, inmovilidad e impersonalidad,
nos muestran los pasos.
La
apertura del abanico del Templo de Todenji.
La
firmeza y la apariencia dualista de las piedras de los Templos de
Sojiji y de Koshoji.
La
variedad de los cedros del Templo de Zuigakuin.
La
prudencia de los tres monos.
La
imperturbabilidad del espejo.
La
energía de la espada de madera.
La
adaptabilidad del incienso.
La
impermanencia de las flores.
La
fe práctica del Bodhisattva y su compasión.
La
talidad del Buda cuya sonrisa contiene todas las contradicciones.
El
silencio de todas las cosas.
Acojamos los pasos del Maestro y en su homenaje hagamos
Sampai tres veces.
Contacto: dojosakurazen@gmail.com