¡EL FORECER HUMANO!
Crecer, Madurar y Florecer en el Zen es trascender - superar el Ego (falso e ilusorio), ir más allá del Ego y Vivir conforme a Lo Que Somos, nuestra Auténtica y Real Naturaleza.
Esta Auténtica Naturaleza (Eso-que-Somos) no tiene nombre, ni se puede abarcar o comprender con nuestro intelecto humano, aunque SÍ podemos VIVIRLA, SERLA, REALIZARLA en todo momento. Para referirse a ELLA ha sido nombrada de multitud de maneras como: "Rostro Original, Consciencia, Presencia, Esencia, Energía Primaria o Divina, Absoluto, Infinito, Unidad, Totalidad, Divinidad, No-Dos, Uno sin segundo, Ser, Todo, Nada, Vacío, Eso, Ello, Padre, Madre, Amado o Amada, Lo Que Es, Buda, Dios, Tao, Vida, Dharma, Amor Incondicional, No-Nacido, Luz, Plenitud, Realidad Última, Verdad Suprema, Verdadero Yo, Lo Innombrable...."
Reconocer Eso-que-Somos y Vivir desde Este Reconocimiento y Comprensión Profundos no conduce a un estado más "elevado" o "especial" (pues solo se trata de un "olvido" de ESO que, lo recordemos o no, SOMOS en todo momento), sino a Vivir la vida cotidiana con Naturalidad, Espontaneidad, Sensualidad, Sabiduría, Flexibilidad, Fluidez, Equilibrio, Paz, Sencillez, Libertad, Compasión, Respeto, Autenticidad, Agradecimiento....
Este Recordar o Reconocer no tiene nada que ver con una comprensión intelectual o conceptual (no es algo "pensable"), sino con una "Claridad", una Visión Clara de las cosas tal y como son, una comprensión directa, intuitiva, espontánea, fuera de toda duda, una Comprensión con y desde el Corazón. Este Suceso del Reconocimiento de la Propia Naturaleza no depende de nuestra voluntad o esfuerzo, ni tampoco podemos recibirlo de nadie, sino que "Sucede" más allá de nuestra volición y comprensión. Como algunos señalan, es más bien como un "salto cuántico". También se hace referencia a ello como un don o regalo, Gracia divina, pero si no estamos "atentos, abiertos y disponibles", aunque llame a nuestra puerta no podremos Oírla ni Recibirla. El fruto cae cuando está maduro, pero antes conviene facilitarse y permitirse las condiciones y cuidados para su maduración.
Algunos se preguntan: "Si nuestra voluntad o esfuerzo o la guía de otros no pueden provocar este Reconocimiento, ¿Qué hacer?". Pues tan solo seguir con energía y determinación la propia intuición y las señales o indicaciones que más "resuenen" en nosotros o con las que sintamos más sintonía. Como decía antes, cualquier cosa, un libro, una frase, un profesor o maestro, un sonido, un árbol, una montaña, el canto de un pájaro, una flor... etc., todo puede tornarse en agente catalizador para el suceso del Despertar. No obstante, conviene aclarar que, si iniciamos el camino solos, a nuestra manera, es muy fácil perderse, auto-engañarse o confundirse. Por eso, siempre es valiosa e inestimable la ayuda y orientación de un verdadero Maestro o Amigo del Camino, "El que va delante" (y que ya pasó por el mismo punto en el que tú estás), así como de una Shanga o compañeros del Camino que caminan juntos en una misma dirección. Este Camino no es otra cosa que la Realización de Uno Mismo, un Camino de Vida, Libertad y Autenticidad, más allá del Ego.
No esperes cambios mágicos ni sobrenaturales o espectaculares. El Camino es humilde, sencillo y discreto ¡¡pero muy satisfactorio!! En algunos individuos Sucede La Claridad, La Verdadera Comprensión, El Reconocimiento, El Despertar. Una vez Reconocido, Recordado, Eso-que-Somos, la vida cotidiana continúa igual, pero el sufrimiento aparejado a la identificación con una falsa identidad (el "yo" o "Ego") desaparece, se debilita, permitiéndonos Compartir nuestra experiencia y crecer en Compasión-Comprensión naturalmente.
La única diferencia entre el sabio (ser realizado o despierto) y la gente corriente es tan solo que en el sabio ha caído el velo o máscara del Ego, la falsa identificación con un personaje irreal. La vida cotidiana en ambos casos sigue igual, los momentos de placer y dolor, "buenos" y "malos" se alternan, solo que en el sabio o ser despierto ha desaparecido el sufrimiento añadido por la identificación con el Ego. El Ego o la programación y condicionamientos egóticos pueden seguir apareciendo o no, pero al sabio ya no le concierne ni le preocupa, sino que piensa, actúa, "saborea" y vive desde esta Comprensión Clara (Lúcida) de Lo-Que-Es.
Para todos aquellos y aquellas que sientan sinceramente esta llamada interior a Despertar, a Vivir con Autenticidad y verdadera Libertad, a Madurar e Ir más allá del Ego, AQUÍ tienen a un Amigo del Camino con el Caminar.
No olvidéis estas valiosas claves para el Camino: ¡DETERMINACIÓN, SINCERIDAD, INTUICIÓN Y CONFIANZA!
Gassho,
Sakura.